Por Diego Hurtado T.
Esta edición de "Visiones de Cambio" explora cómo la innovación, la integración de conocimientos y las leyes se unen para fomentar la paz y la protección del ambiente. Desde la Amazonía boliviana hasta los ríos urbanos de Panamá, pasando por la integración de saberes ancestrales y científicos en América del Norte, presentamos historias inspiradoras de compromiso con nuestro planeta.
Para los habitantes de la Ciudad de Panamá, el río Juan Díaz es fundamental; ha sido testigo de su expansión urbana y es uno de los afluentes más importantes del país. Sin embargo, como otros cuerpos de agua de la urbe, presenta niveles alarmantes de contaminación, la cual afecta a las comunidades y especies que conviven en sus riberas. Por eso, la Asociación Marea Verde, con el proyecto Wanda Díaz, ha combinado la innovación y la acción ambiental para lograr soluciones sostenibles. Wanda es “la primera rueda hidráulica en América Latina, que atrapa desechos sólidos flotantes del río, previniendo que lleguen al mar”, juntando las capacidades de la energía hidráulica y solar. Además, utiliza el apoyo de una biobarrera flotante que captura los desechos y los rocía con bioenzimas no tóxicas que eliminan las bacterias que causan malos olores. Hasta el 2023, ambas estructuras habían logrado capturar 45 mil libras de plástico para el reciclaje y más de 264 mil libras de desechos sólidos flotantes.
Las redes sociales nos han servido para exponer datos sobre la relevancia de la Amazonía y su compleja situación; cada vez más, conocemos sobre los muchos desafíos que enfrenta este bioma de importancia planetaria. Desde la deforestación relacionada con la minería ilegal hasta los incendios intencionados para dedicar la tierra a la explotación ganadera, las imágenes que recibimos sobre esta zona del planeta no son alentadoras.
Afortunadamente, no todo es malas noticias. En Bolivia, la creación del área natural del Gran Manupare a través de la ley municipal 009/23 busca brindar protección a 452.639 hectáreas de bosque amazónico en el departamento de Pando, donde los bosques tienen un estado de conservación óptimo. Por su extensión, esta área conecta con otras reservas y zonas protegidas, cubriendo hasta 10 millones de hectáreas de Amazonía boliviana.
Esta decisión es el resultado del trabajo conjunto de diferentes actores locales como la Asociación de Municipios de Pando (Amdepando), así como la ONG Conservación Internacional y Central de Campesions Sena-San Lorenzo. Estas acciones que pueden tener un importante impacto local sirven de modelo a otras comunidades con acceso a la Amazonía que pudieran adoptar iniciativas similares.
Un proyecto regional que busca impactar ecosistemas en el punto de no retorno recibió el reconocimiento como Iniciativa Emblemática de Restauración Mundial de las Naciones Unidas por parte de PNUMA y FAO. El proyecto es impulsado por el movimiento social Acción Andina, inspirado en la organización peruana sin ánimo de lucro ECOAN (Asociación Ecosistemas Andinos), que busca restaurar para 2030 unos 30 millones de árboles en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. El objetivo es replicar el modelo de reforestación comunitaria en una extensión de 800.000 de hectáreas para que habitantes de comunidades andinas se beneficien.
Unos 25.000 pobladores participan en el proyecto, tanto en restauracción como protección de miles de hectáreas de bosques andinos; se espera que a través de esta iniciativa obtengan beneficios como acceso a medicinas, paneles solares y cocinas de barro de combustión limpia, y apoyo para la mejora de la gestión de pastizales y la agricultura sostenible. El galardón fue otorgado en el marco del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas. A largo plazo, el proyecto plantea proteger y restaurar una superficie forestal de un millón de hectáreas de aquí al año 2045.