Los gobiernos deben priorizar las interrelaciones salud-biodiversidad 

Cerca de 23.000 participantes asistieron a la 16ª Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16 del CDB), celebrada en Cali (Colombia) del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024. Entre sus resultados, la COP16 del CDB adoptó el Plan de Acción Mundial sobre Biodiversidad y Salud.   

La decisión fue solicitada por primera vez por las partes del CDB en 2018 en la COP14 y su adopción en Cali es histórica. Muchos esperan que pueda movilizar una coordinación integrada más fuerte entre sectores, ministerios y disciplinas. El Plan también proporciona la primera orientación clara al sector de la salud pública sobre cómo comprometerse con la comunidad de la biodiversidad y colaborar para implementar el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal.   

El Plan contiene acciones que persiguen dos efectos principales. Algunas pretenden mejorar la gestión de los ecosistemas y el acceso a la naturaleza, lo que se sabe que tiene efectos positivos para la salud. Otras acciones pretenden reconocer y minimizar los efectos negativos que la pérdida de biodiversidad y la degradación ambiental tienen sobre la salud. El Plan orienta a las partes para que organicen estas acciones en consonancia con los objetivos del Marco Mundial para la Diversidad Biológica dentro de sus estrategias y planes de acción nacionales sobre biodiversidad (EPANB).   

Biodiversidad y salud en las Américas  

Según la Organización Panamericana de la Salud, la contribución de la degradación ambiental a la carga regional de morbilidad es del 13%.   

Como indica el Plan de Acción Mundial, la salud del ambiente y la salud de las personas están inextricablemente vinculadas. El estado del ambiente está relacionado con la calidad y la suficiencia de los alimentos, el agua, el aire, con la exposición a la degradación y a los productos químicos nocivos y a los agentes patógenos, y también influye en la salud mental y el bienestar.   

Liz Willetts, Asociada Científica, IAI 

La destrucción, la degradación y el cambio del ambiente influyen negativamente en la salud de las personas y las comunidades y se han convertido en un factor importante de las tendencias sanitarias públicas y mundiales. Los científicos aún están aprendiendo a calcular estos resultados e interpretarlos en términos de costes sanitarios e impacto económico.   

La gestión de los ecosistemas, la tierra y las zonas marinas determinan cómo y si se protege, conserva, restaura, prioriza y valora el estado del ambiente. De ese modo, determinan cómo promovemos la salud y prevenimos las enfermedades.   

Próximos pasos  

Una serie de actividades pueden apoyar la aplicación del Plan de Acción Mundial a escala nacional y regional. El CDB buscará que los gobiernos aumenten la concienciación sobre las interrelaciones entre biodiversidad y salud y apoyen el desarrollo de capacidades, la convocatoria de talleres regionales, la coordinación del trabajo con los ministerios relacionados con la salud y el intercambio de orientaciones y mejores prácticas sobre actividades integradas y transdisciplinares.   

Para conocer más, lea el comentario Implementing the Global Action Plan on Biodiversity and Health recientemente publicado en The Lancet.  

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