Publicado en | Agua y Saneamiento, v.63 |
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Autores | Zúñiga-Terán, A.A. and Díaz-Caravantes, R. |
Año de publicación | 2015 |
DOI | http://alamo.colson.edu.mx:8085/sitios/CESS/091020_frutosTrabajo/frutos_archivos/2015_Zu%C3%B1igaDiaz_LaInfraestructuraVerde.pdf |
Afiliaciones | n/a |
Programa | CRN3 |
Proyecto | CRN3056 |
Keywords | |
Desde el año 2008, más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades, y esta tendencia está proyectada a continuar en el futuro, y con mayor intensidad en las zonas áridas. El crecimiento en las ciudades demandará más servicios urbanos, incluyendo el suministro
de agua potable a sus habitantes y el servicio de alcantarillado para el drenaje pluvial. El crecimiento de las ciudades también traerá consigo incrementos en la densidad de población, contaminación, ruido, estrés, y muchos otros efectos negativos asociados con la urbanización
que afectan la calidad de vida de la población.
Aunado a los efectos de la sobrepoblación, los eventos asociados al cambio climático impactarán directamente a las ciudades. Estos eventos incluyen tormentas severas más frecuentes, y por consiguiente más inundaciones y daños a la infraestructura urbana provocados por las lluvias. Estos daños traen consigo costos muy altos en obras de mantenimiento y reparación de las calles que si se retrasan provocan el acumulamiento de agua estancada y su asociada insalubridad.
Para las zonas áridas, los pronósticos del cambio climático incluyen sequías más prolongadas lo que se traduce en una disminución en la disponibilidad de agua en los escurrimientos superficiales, los embalses y los acuíferos. Como se sabe, muchas ciudades localizadas en zonas áridas dependen de las aguas subterráneas para el abastecimiento de agua por lo que, indudablemente, las sequías ponen en riesgo la seguridad hídrica de estas regiones.